Llegando a Madrid

Me tomé el bus desde el aeropuerto hasta la estación de Atocha. Llegando a Madrid tomé mis bártulos, mi mapa, prendí mi sentido de la orientación y empecé a caminar. Habiendo caminado 3 de las 19 cuadras que me separaban de mi temporal destino, creo entendí lo que cualquier Argentino está en condiciones de comprender.

Con razón hay tantos Argentinos viviendo en España!” Esto no es azaroso, esto está totalmente premeditado.

Metropolis
Metropolis
Calle Madrid
Calle Madrid

Siento que Madrid es la continuación Europea de Buenos Aires. Mientras caminaba oía a la gente hablar, eran divertidos, ocurrentes, exaltados y amigables. Salen por las noches, todas las noches y toda la noche. Se escuchan gritos por la ventana como parte de un paisaje natural. Llevan sus guitarras al parque y se ponen a tocar en grupo. Solo les falta el mate para desorientarme totalmente. Las calles estaban sucias y las avenidas eran grandes, como si Buenos Aires la hubiese maquillado a su parecer.

A veces las respuestas más sencillas son las más efectivas.

Que sera?

Sembró todo Madrid de bares, donde no solo te seducen con la bebida, sino con la comida más exquisita. Allí te pides una “caña” (cerveza) o una “clara” (ahora explico) por 1 Euro y viene acompañada por un bocado de jamón crudo serrano, o chorizo colorado, o tortilla de papa a la española, o lo que tengan a mano estos seres maravillosos. A eso se le llaman “tapas”. Caminé 19 cuadras y 500 bares había atravesado ya.

Clara con Tortilla de papa
Clara con Tortilla de papa

En algunos bares las cañas son más caras pero vienen acompañadas de grandes porciones de tortillas o “montaditos” (sándwiches) que ya te llenas y no tenes que comer nada más. Todo absolutamente delicioso, te deleitan el paladar por solo una moneda.

Párrafo aparte para la “clara” antes mencionada: es simplemente cerveza con jugo de limón gasificado. Tipo «Pritty» con cerveza, jamás lo había escuchado ni menos probado. Me encantó!

Corolario: Teniendo hasta 2 o 3 bares por cuadra, absolutamente tentadores, de los cuales salís siempre con el corazón contento, y escuchando el murmullo interminable por las calles de Madrid, uno no se puede sentir más a gusto, uno no puede sentirse de otra forma que no sea como en casa. Te fuiste, pero no te fuiste del todo si estas en Madrid.

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